La
generación de energía eléctrica térmica se realiza por medio de la combustión
controlada de un combustible en una máquina o motor. Este combustible podrá ser
carbón, petcoke, petróleo, gas o biomasa.
Principales Impactos Ambientales
Uno de los principales impactos que tiene la
generación térmica es la emisión de contaminantes atmosférica, lo cual depende
directamente del combustible que se utilice. Las principales emisiones de un
sistema termoeléctrico son: material particulado (PM10), dióxido de azufre
(SO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y monóxido de carbono (CO).
Para el caso de la combustión del gas natural,
se genera principalmente NOx, en el caso de quema de petróleos y carbones se
emiten todos los contaminantes antes mencionados. Para la quema de carbón y
petcoke hay que considerar además las emisiones de metales pesados tales como
níquel y vanadio.
En el caso de centrales termoeléctricas a
carbón, para el enfriamiento del vapor que sale de las turbinas se utilizan
grandes volúmenes de agua de mar. Esta, al ser retornada al mar, vuelve con una
temperatura mayor a la cual fue tomada y a la que se encuentra el mar, por lo
que es necesario en cada caso evaluar el impacto que esto generaría en la zona
donde es descargada el agua de enfriamiento.
Central termoeléctrica
Petacalco
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Las
Centrales Térmicas generan diversos contaminantes físicos y químicos muy
peligrosos con un impacto negativo sobre la salud humana. Los efectos adversos
sobre el organismo humano se manifestarán a corto, medio y largo plazo,
potenciando y desencadenando los producidos por los contaminantes preexistentes
Las
repercusiones negativas sobre la salud humana podrán abarcar un amplio abanico
de enfermedades que oscilarán entre patologías banales (conjuntivitis, rinitis,
faringitis, cefalalgia, etc.) y graves y potencialmente mortales (bronquitis
asmática severa, enfisema bronco pulmonar, enfermedad pulmonar obstructora crónica, insuficiencia cardíaca e incremento del riesgo de cáncer).
Contaminantes físicos: acústicos por el ruido derivado del funcionamiento de la
CT produce alteraciones en el organismo humano, secundarias a la interrupción
del biorritmo sueño-vigilia. Los contaminantes electromagnéticos, radiaciones
electromagnéticas generadas por la obtención y distribución eléctrica, producen
alteraciones principalmente en el sistema nervioso y cardiovascular.
Substancias radioactivas.
Los
Contaminantes químicos: CO2, CO, SO2, Partículas, Ozono troposférico,
aumentarán el número de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, y harán
disminuir nuestras defensas inmunológicas, Substancias químicas peligrosas
(constituidas por el arsénico, cadmio, cromo, cobalto, plomo, manganeso,
mercurio, níquel, fósforo, benceno, formaldehido, naftaleno, tolueno y pirenos.
Aunque estén presentes en cantidades mínimas son sustancias muy peligrosas, ya
que en las personas expuestas pueden ocasionar graves enfermedades agudas y
crónicas, alteraciones reproductivas e incremento del riesgo del cáncer) y
sustancias radiactivas (gas radioactivo Radón-222 incrementará la exposición
ambiental preexistente a la radioactividad. Este gas es un agente cancerígeno
humano, especialmente asociado con el cáncer pulmonar en las personas
expuestas).
Afectará
principalmente a la población pediátrica, las personas mayores y las que
presenten enfermedades respiratorias o cardiovasculares crónicas,
independientemente de la edad. Deteriorarán la calidad de vida y podrá
contribuir con otros factores a provocar muertes prematuras en la población
expuesta.
El
desarrollo industrial ha de ser compatible con una mejora de la calidad y
cantidad de la vida humana y respetuoso con el medio ambiente. Esto se puede
conseguir con el fomento de las energías no contaminantes (solar y eólica).
¿Qué
daños provocan las Termoeléctricas?
Daños
al ecosistema natural.
1.
Las chimeneas de estas Centrales, que por su gran altura se ven a la distancia,
emiten continuamente, día y noche, diversos tipos de gases como producto de la
combustión de un tipo de carbón bituminoso, conocido internacionalmente como
petcoke, su fuente de abastecimiento. Estas emisiones contienen NH3, NO, óxidos
de azufre, y sulfuros, óxidos de Azufre , CO2 en enorme cantidad y otros
elementos químicos más, todos muy contaminantes. Todos ellos terminan por
depositarse, cerca o lejos de las fuentes de emisión, sobre suelos, rocas,
mares, salares o pampas, se disuelven (sulfuros) para actuar como ácidos
(H2SO3, o H2SO4), o son conducidos, hasta cientos de kilómetros de distancia, a
centros poblados, ciudades o quebradas donde se practica la agricultura desde
antaño. Varias de estas substancias, al mezclarse con el H2O contenido en la
alta humedad atmosférica costera (camanchaca), se convierten en ácidos cono es
el caso del ácido sulfuroso, sulfúrico o ácido nitroso. Una vez en el suelo,
son absorbidas por los seres vivos, plantas o animales (insectos, reptiles,
etc.). Las reacciones químicas que se producen al incorporarse en el organismo
vegetal o animal, y sus efectos sobre el metabolismo de los seres vivos, no han
sido jamás estudiados en nuestro país. Es un tema virgen de estudio. Pero tales
efectos sí han sido bien estudiados en otros países, en especial en sus efectos
sobre los bosques de niebla en el hemisferio norte. Allí crean las conocidas
"nieblas ácidas", letales para los bosques. Y allí ya se encendió la
voz de alerta sobre su peligrosidad.
El
problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales
termoeléctricas convencionales que utilizan como combustible el carbón
bituminoso o petcoke. Además, la combustión del carbón tiene como consecuencia
la emisión de partículas y ácidos de azufre (SO4, SO3) En las de fueloil los
niveles de emisión de estos contaminantes son menores, aunque ha de tenerse en
cuenta la emisión de óxidos de azufre y hollines ácidos, prácticamente nulos en
las plantas de gas.
2.
Las emisiones de CO2, propias de la combustión, van a incrementar el CO2 ya
existente en la atmósfera. Aquí se encuentra el principal causante del
"efecto invernadero" en el planeta por la destrucción creciente de la
capa de ozono, protectora de nuestra atmósfera terrestre. Es decir, a mayor
cantidad de Centrales Termoeléctricas, mayor incremento de CO2 en la atmósfera,
y mayor contribución nuestra, como país, al calentamiento global en el Planeta.
Mientras la clara tendencia mundial es a ir eliminando paulatinamente este tipo
de emisiones, para reducir y frenar el "efecto invernadero", estas
Centrales, por el contrario, lo incrementan a diario. Ahora bien, si pensamos
que hoy hay proyectadas 36 Centrales de este mismo tipo (!) en las costas de
nuestro país, quemando exactamente este mismo tipo de carbón (que a las
Empresas les resulta mucho más barato que algún otro combustible menos dañino),
saquemos nosotros mismos las conclusiones.
3. A
este paso, jamás podríamos cumplir con nuestras obligaciones contraídas como
país al firmar el Protocolo de Kyoto, del año 1997, que nos obliga a ir
reduciendo paulatinamente el nivel de emisiones de este tipo de gases. Así,
mientras en los países civilizados y más avanzados de Europa ya se ha dejado de
usar este combustible por ser comprobadamente contaminante, y han optado
decididamente por el uso de tecnologías limpias (solar y eólica, sobre todo),
nosotros, los tercermundistas, somos "obligados" por contrato con
estas Empresas, a consumir este carbón tóxico, que ya nadie quiere comprar en
el mercado internacional por malo.
Impacto
ambiental
La
emisión de residuos a la atmósfera y los propios procesos de combustión que se
producen en las centrales térmicas tienen una incidencia importante sobre el
medio ambiente. Para tratar de paliar, en la medida de lo posible, los daños
que estas plantas provocan en el entorno natural, se incorporan a las
instalaciones diversos elementos y sistemas.
El
problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales
termoeléctricas convencionales que utilizan como combustible carbón. Además, la
combustión del carbón tiene como consecuencia la emisión de partículas y ácidos
de azufre. En las de fueloil los niveles de emisión de estos contaminantes son
menores, aunque ha de tenerse en cuenta la emisión de óxidos de azufre y
hollines ácidos, prácticamente nulos en las plantas de gas.
En
todo caso, en mayor o menor medida todas ellas emiten a la atmósfera dióxido de
carbono, CO2. Según el combustible, y suponiendo un rendimiento del 40% sobre
la energía primaria consumida.
Las centrales de gas natural pueden funcionar con el
llamado ciclo combinado, que permite rendimientos mayores (de hasta un poco más
del 50%), lo que todavía haría las centrales que funcionan con este combustible
menos contaminantes.
Ilustración 4
industriatermoelectrica.blogspot.com
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Ilustración 3
www.profesorenlinea.cl
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